domingo, 4 de septiembre de 2011

Un aviso de alarma, ¿una señal para pasar por alto?


Llegas a casa te dispones a descansar y activas el sistema de seguridad del carro, ya en la noche la alarma del carro se activa y despierta a todos en la casa; inmediatamente tú corres por las llaves y aprietas el botón de apagado y LISTO!! Te vuelves a dormir!

Esto que acaba de pasar, ¿te parece adecuado?, es decir, ¿acaso no corres a la ventana a ver qué sucede?

Según Wikipedia, Un aviso de alarma es una señal por medio de la cual se informa sobre la presencia real o inminente de una amenaza.
Así que seguramente no la apagarías hasta ver de qué se trata, por lo menos no sin asomarte antes  a ver qué TU CARRO está bien y solo así la desactivarías para entonces sí, seguir durmiendo.
Si eso harías por tu carro, tu casa o cualquier bien al que le tengas apego, ¿por qué no hacerlo por TU CUERPO?




El dolor es una alarma, y esta se activa para indicarnos que hay algo fuera de lo normal sucediendo dentro de nosotros, así pues las tres causas más importantes de dolor que causan consulta médica son: dolor osteomuscular, articular y cefaleas. Las localizaciones más frecuentes son: espalda (21.5%), cabeza (20.5%), extremidades inferiores (8.3%), extremidades superiores (5,6%), abdomen (5,9%) y dolor generalizado (8,3%).

Cuantas veces  a la primer señal de dolor “alarma” acudimos al botiquín o cajón y tomamos una pastilla con la que sabemos lograremos  “apagar” la alarma, y ¿qué sucederá?, que ignoraremos aquello que nos indica que hay algo mal, algo más que solo un dolor nacido de la nada y ya cuando regrese, regresara con más fuerza e incluso acompañado de nuevos síntomas. Lo único que estamos haciendo es enriquecer a un grupo de personas “farmacéuticas” que lo menos que les interesa es nuestra salud, pero sí que tengamos a la mano lo que ellos venden (que ya hablare más delante de los medicamentos que NO curan).

No es extraño que en el sector salud también ocurra algo parecido, cuando por error de omisión un medico general hace exactamente lo mismo, pero ¿Cómo? El es un medico, ¿no es verdad que el médico busca el bienestar de su paciente? ¿No es verdad que es un profesional comprometido que además invirtió muchos años de estudio en su carrera? Desgraciadamente la gran cantidad de pacientes y una consulta que no va más allá de un saludo y un par de medidas de peso, altura y quizá un vistazo no pueden ser señal de una buena consulta. Y para ser tomado en cuenta en un consultorio del Servicio Social será cuando las cosas se han escalado al grado de llegar a ser una urgencia médica e incluso en ocasiones ni así, ¿Cuántas historias oscuras conocemos de personas que llegan a sector salud y que cuando empiezan a tratarlos, después de una infinidad de citas, estudios, médicos y opiniones, ya es demasiado tarde? Tan tarde que solo nos queda sentarnos y esperar morir, o ver morir a un ser querido, con un poco de dignidad, si es que en la muerte se puede tener dignidad, y créanme yo lo sé de primera mano.

Ahora bien, en la consulta a un médico particular, siempre tenemos que tomar en cuenta la especialidad a la que acudimos, es innegable que la especialidad tendrá cierto peso a la hora de diagnosticar, esto es que cuando vamos con un traumatólogo quizá nos quiera hacer cirugía como primera opción; y sin olvidar el hecho de que ese especialista da consulta, la mayor de las veces, en el sector salud y surge la pregunta: ¿es verdad que este especialista Sí puede resolver nuestro problema de salud en su consultorio pero NO lo puede hacer el sector salud? y si fuera positiva o negativa la respuesta entonces ¿Por qué? A simple vista pareciera que las autoridades del sector salud ya están en un grado tal de descuido que no les interesa atender a la población en general (pero eso también es harina de otro costal).

Hoy en día contamos también con otra rama de la medicina que explora campos ya antes explorados, difícilmente habrá algo nuevo bajo el sol, pero son ramas que han permanecido en un camino alterno, y por ello se les reconoce como medicina alternativa.

La medicina alternativa busca al igual que cualquier rama de la medicina el bienestar del paciente y lograr re-integrar el equilibrio en el hombre: emocional, estructural y bioquímico.

Contar con opciones diferentes es bueno, pero hay algo que yo recomiendo a todo paciente mío hacer al escuchar un diagnostico y eso es estar atento, escuchar con todos los sentidos y no solo con los oídos, escuchar el lenguaje corporal de esta persona que me da la alternativa que seguir, que recomienda, que instruye. Escuchar atentos e iniciar un circulo de retroalimentación en el que ellos participen a través de preguntas, preguntas simples y que al mismo tiempo me den pie a entender mejor que proceso, que mecanismo, que acción busca el terapeuta.

Para ejemplificar esto les expongo el caso del joven que llega a consulta por un acné profuso difícil de eliminar y que escucha el consejo del “especialista”, este joven debe ser atento a las indicaciones pero se vale preguntar qué efectos espera el terapeuta con tal o cual tratamiento. Así si me dijeran que poner pastas caseras a hechas a base de excremento de gallina me va a ayudar a eliminar el acné, entonces deberé tener todos mis sentidos puestos para que mi sentido común me alerte, y pueda yo llegar a la conclusión de buscar una opción totalmente diferente, de otro modo podría estar poniendo en riesgo mi salud y estar ante un charlatán que no hace más que exponerme a tratamientos mágicos salidos de su imaginación.

Ya lo sé, ya lo sé, suena exagerado, desgraciadamente estos casos se ven más en la vida real de lo que quisiéramos; a lo largo de mi practica medica han sido muchas las personas que han llegado a mi sin un diagnostico clínico claro y expuestas a caprichos, lociones mágicas, aguas especiales, mezclas de semillas ( en una ocasión a un joven con parálisis generalizada le recomendaron comer una formula “mágica” que la familia compro en 500 dólares, y después de mandarlo al laboratorio a analizar descubrimos que se trataba de solo alpiste, así de mal pueden estar las cosas)o tónicos que solo pretender desfalcar a quien los compra y enriquecer a esos mercenarios de la salud. Y cuando me preguntan ¿Por qué las personas los compran? Mi respuesta siempre es la misma: Porque quisieron creerles.

Por eso es necesario saber que contamos con otras opciones, y esas son especialistas en áreas donde podremos ser auxiliados por personas entrenadas en ramas como la fisioterapia, la kinesiología, la acupuntura, la quiropráctica, etc.

Como conclusión podemos recordad que si su cuerpo emite alguna clase de alarma es algo que hay que atender desde sus primeros inicios, y atender no significa auto medicarse con el primer “painkiller” que tengamos en el botiquín; que tenemos a muchos especialistas , tanto privados o de orden público, alrededor que nos pueden ayudar y que el sentido común, el menos común de los sentidos, nos tiene que ayudar a revalorar tratamientos, objetivos y métodos que tengan como fin UNICO ayudarnos durante el proceso de sanación, curación, mejoría, tratamiento e incluso alivio y no hay una, hay decenas de maneras de abordar una problemática pero hay que acudir a ellas con la mejor disposición, porque incluso ser paciente también tiene su grado de dificultad.

Gracias.

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